Los pastizales nativos del Chaco Seco son paleocauces. Es decir, cursos antiguos de los ríos que, por correr en un ambiente demasiado plano y traer bastante sedimento, han cambiado y continúan cambiando su curso año a año, como serpientes que se mueven por el paisaje. Allí donde abandonan sus antiguos cursos, crecieron los pastizales. Los pastizales se encuentran amenazados de extinción pues en ellos crecen plantas leñosas por el exceso de ganado. También porque los mismos fueron mantenidos por siglos por las naciones indígenas del Chaco, que allí practicaban el Chacú, un tipo de cacería que dio nombre a la región y que consistía en quemar el extremo de un pastizal tal que todos los animales corrieran hacia el otro extremo, donde los cazadores los esperaban para atraparlos. Esto se realizaba en épocas especiales del año, de forma regulada y armónica con los ecosistemas y la naturaleza. Otro motivo por el que estos ecosistemas están desapareciendo aceleradamente es porque sobre ellos avanza facilmente la agricultura y las urbanizaciones.